Ni vivos ni muertos, en México te desaparecen
- contratiempomx
- 18 nov 2014
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Lucía Flores.
Las desapariciones forzadas son un delito continuado, y estas se siguen cometiendo hasta que se encuentra a la persona o, en el peor de sus casos, su cuerpo, dicen Luis Ramírez y Federico Mastrogiovanni en la presentación de su libro y documental Ni vivos ni muertos.
En ambos materiales, los dos periodistas presentan testimonios de desapariciones forzadas en México. El tema es tan amplio, dicen, que en un reportaje no podían abordar las desapariciones forzadas como querían.
“Ni vivos ni muertos” es la frase con la que el dictador argentino Rafael Videla definía las desapariciones, señalando que aquellas personas no tenían entidad, eran un enigma y que frente a eso no se podía hacer nada.
Las familias de los desaparecidos viven en una incertidumbre constante por ignorar el paradero de sus familiares. Es por esto, señalan los autores, que las desapariciones forzadas deberían tipificarse, ya que se encuentran con la intervención del Estado.
Las desapariciones forzadas resultan ser para las familias un duelo sin fin, pues el 99 por ciento de éstas terminan siendo olvidadas por las autoridades, dicen los periodistas. Lo que provoca un dolor enorme, ya que no se tiene la certeza de lo que pasó con el familiar desaparecido, porque no se encuentra ni vivo, ni muerto.
Los primeros casos de desaparición forzada en México se originaron entre 2007 y 2008, privando de la libertad a agentes de tránsito o escoltas, para después pasar a hombres de entre 18 y 30 años.
Uno de los grandes problemas de las desapariciones en el país es que se está usando como arma de control y de miedo, agregan Ramírez y Mastrogiovanni, ya que se usa como una estrategia de terror.
Alan Cerón y Melchor Flores mejor conocido en Monterrey como “El Vaquero Galáctico”, vivían en lugares totalmente distintos, pero terminaron teniendo algo en común: ambos sufrieron de desaparición forzada. Ellos son uno de los tantos casos que se muestran en diferentes lugares del país, tanto en el libro como en el documental: distintas familias, el mismo dolor y en ambos casos la intervención del Estado.
Las hipótesis
Las desapariciones forzadas son, en su mayoría, asociadas al crimen organizado o al Estado. En ambos casos, dicen los periodistas, se cumple con la estrategia de terror impuesta, pero se preguntan qué pasaría si las desapariciones forzadas estuvieran asociados con lugares donde se encuentran recursos naturales de gran importancia, como los energéticos.
“Es una dinámica que se ha dado en muchos lugares: generar violencia, generar terror, y la desaparición forzada es una de las mejores para generar terror para poder después de alguno años, eventualmente, limpiar los territorios, militarizarlos para poder controlarlos y para que empresas entren a explotar recursos naturales”, dice Mastrogiovanni.
Es así como esta hipótesis propuesta en el libro responde a que es más fácil apoderarse de algún territorio y controlarlo en tanto no exista algún tipo de oposición. Entonces, si se generaliza la violencia, el terror y las desapariciones forzadas nos encontraremos con un lugar despoblado, lleno de miedo y de fácil saqueo de recursos naturales.
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