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Una luz por Ayotzinapa: El silencio fue claro

  • contratiempomx
  • 22 oct 2014
  • 2 Min. de lectura

Por: Itzel Lugo

Foto: Itzel Lugo/Contratiempo


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El silencio también es otra forma de gritar, de expresar indignación, apoyo, tristeza, desesperación y hartazgo. Esa noche, los labios cerrados, los pasos firmes y los brazos hacia el cielo mostraban que en México “sí pasa algo”, que frente al cambio tan enfatizado por el Gobierno Federal; el dolor, el miedo y la ausencia de los derechos humanos no cesa. “Discúlpame por no haber marchado antes”, exponía una manta de las tantas y tantos estudiantes reunidos este miércoles 22 de octubre en apoyo a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos.

Cada universidad, facultad, preparatoria, institución y estado marcharon al Ángel de la Independencia, y del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México. El efecto no fue para menos, pues de acuerdo con Jenaro Villamil: “estamos ante la marcha más grande de los últimos años”, diferenciada de las pasadas de consignas partidistas y electorales. Surgida de la misma organización estudiantil que logró reunir, según cifras del gobierno capitalino, alrededor de 50 mil asistentes que exigían ¡JUSTICIA!, castigo a los responsables, la renuncia de Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Mancera, pero sobre todo, la aparición con vida de los 43 seres humanos.

Previo a la movilización en las calles, se realizaron distintas actividades por estudiantes y académicos en el marco del paro de labores en más de 40 instituciones educativas en México. Además de que se presentaron diversos pronunciamientos que se sumaban a la protesta en torno a la falta de seguridad y justicia en México, tal como el que se elaboró por parte de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. El objetivo, fue evidenciar juventudes organizadas frente a una situación que ha dejado de ser ajena en un “Estado de Derecho”.

“No somos todos, nos faltan 43”, se gritaba durante la marcha al Zócalo. Las voces eran claras, la dirección de las mismas también. Así, durante la manifestación, los estudiantes desaparecidos dejaron de ser el número cuatro o el 32, por medio de un pase de lista se les reconoció como Miguel Ángel Mendoza o Julio Cesar Ramírez, es decir, se les identificó como seres humanos que este miércoles 22, lograron convocar a más de 120 marchas, concentraciones y paro de labores, de acuerdo con un listado realizado de modo colectivo en Facebook (https://www.facebook.com/events/821858281169032/?ref_newsfeed_story_type=regular).

“La desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos en Iguala, Guerrero… es responsabilidad del Estado mexicano”, señaló Emilio Álvarez Icaza secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en entrevista para Noticias MVS con Carmen Aristegui, el pasado 20 de octubre. En ese sentido, si bien, también es responsabilidad de un gobierno estatal y municipal, es claro que en México el gobierno federal, tampoco ha podido garantizar las condiciones de seguridad: “En México es más peligroso ser estudiante que narcotraficante”, enunciaba otro cartel en la marcha.

 
 
 

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