Erotismo y pintura: el desnudo femenino y la masturbación.
- Isis Ordoñez
- 14 sept 2015
- 3 Min. de lectura
Vivimos en una época en la que se sugiere que los tabús del humano y de su sexualidad se han dejado detrás y, aunque pueda existir un debate al respecto, no se puede negar que durante toda su existencia la humanidad ha manifestado su aprehensión por su sexualidad y la exploración de la misma. En estos casos, la literatura y la pintura han figurado en el tema del sexo con recepciones por demás intrigantes, hay que dejar en claro que la exploración sexual en el arte implica técnica y va de la mano con lo que le artista en cuestión ha hecho y con el desarrollo de su estilo particular.

Como ejemplo se puede mencionar a Gustav Klimt (1862-1918) quien en 1903 redefinió su estilo de trabajo y se enfocó más al desnudo femenino y a situaciones eróticas. Comenzó a utilizar más el papel y el lápiz, creando obras como “La novia” (óleo que comenzó en 1917 y que quedó inconcluso por su muerte en 1918) cuya carga simbólica y desnudos son elementos que narran una historia, al igual las suposiciones sobre la posición del hombre y la mujer en “El Beso” (1907) y su atemporal mensaje que comunican con los conjuntos de oros y platas desgastados, lo cual hace una remembranza de los mosaicos bizantinos.
Pero es “Masturbación” (1913), que Klimt demuestra su interés por la sexualidad femenina sin tapujos, con una mujer que se encuentra con las piernas abiertas, con su vestido alzado y ojos cerrados mientras s acaricia, con gentileza, su sexo.
Otro artista es Gustave Courbet (1819-1877), el pintor francés de corriente realista le regala al mundo su obra “L’ Origine du monde (El origen del mundo)” (1866) un óleo en el que se puede contemplar la desnudez femenina con gran detalle, Courbet nos presenta un acercamiento a los genitales de una mujer, su vello púbico, su vientre blanco, el asomo de sus pechos y un pezón descubierto al aire, un ejercicio perfecto de la sensualidad y la naturaleza de ésta en la vida humana.

De este modo, se puede observar que la sensualidad y el erotismo no han sido temas recientes, en particular la sensibilidad con respecto al placer femenino y su relación con las distintas sociedades al momento de abordarla. Apenas en diciembre del año pasado, las autoridades inglesas optaron por prohibir cualquier tipo de escena pornográfica en la que una mujer tuviera un “squirt” y cómo se confundió con lo que se refiere a la eyaculación femenina, esto último de acuerdo a varios artículos, entre ellos el publicado por el doctor Samuel Salama en “Journal of Sexual Medicine” en el que explica que en la eyaculación femenina la glándula de Skene es la responsable de dicha acción, lo que resulta un tema que ya le toca abordar a disciplinas sociales enfocadas en tales aspectos del individuo y su relación con otros.
Lo anterior sirve para dos cosas: la primera es la de enfatizar que la sexualidad, tanto femenina como masculina, no son sólo temas propios de nuestros días y tampoco lo es la controversia que les rodea (los desnudos masculinos completos en cine son polémicos en la actualidad), aquí sólo se puede arrojar la pregunta sobre si se trata de una cuestión cultural que eventualmente se puede superar y la cual pueda llegar a hablarse de manera abierta en todo contexto, abrazarla con una perspectiva en la cual se pueda indagar más con respecto a la cultura que le rodea y a su influencia en la historia.
La segunda es para abordar el desnudo femenino en el arte como un conjunto de trabajos que brindan una perspectiva particular sobre la vida cotidiana de las mujeres, su participación en su contexto social y momento histórico, y la recepción que tuvieron dichas obras en cuestión.
Así como Gustav Klimt y Gustave Courbet, existen otros artistas que abordaron la sexualidad con técnicas y simbolismos sublimes como Martin van Maële (1863-1926) y Édouard-Henri Avril (1849-1928) quienes han abordado la masturbación masculina y femenina.
Finalmente sólo queda hacer la invitación para que conozcan el trabajo de los artistas mencionados, y de muchos otros, y queda abierto al criterio de cada persona el determinar la importancia del erotismo en el desarrollo cultural de nuestra sociedad.
Una colaboración de ContratiempoMX y DJóvenes
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