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Recordando a Kubrick: Perfeccionista en el espacio

  • Isis Ordoñez
  • 10 sept 2015
  • 3 Min. de lectura

El tema musical es inolvidable, unas cuantas notas de la pieza de Richard Strauss: Also Sprach Zarathustra Op. 30 de 1896 y de inmediato llega a la mente de cualquier amante del cine la escena de los primates frente a un monolito negro, un hueso gira en el aire, la explicación “abstracta” de la evolución se manifiesta en un cuadro sorprendente; 2001: A Space Odyssey se abre ante nuestros ojos.



Corría el año de 1968, en la industria fílmica se maquilaba una de las revoluciones hollywoodenses más importantes de su historia, cineastas como Coppola, Scorsese y Lucas comenzaban a llamar la atención, junto con otros como Polanski y Sydney; sin embargo, es Stanley Kubrick quien, a lo largo de su trayectoria demostró las capacidades de coordinar un guión bien escrito con las actuaciones y con uno de los elementos más llamativos de sus películas: la fotografía. Kubrick le regala a los espectadores, en cada uno de sus proyectos, escenas que se graban en la memoria; sus trabajos eran tan minuciosos y precisos que no se puede hablar de cine sin mencionar, al menos, dos de sus películas.


Viajemos a través del tiempo y el espacio, como lo hace David en el filme, hacia lo que se esconde detrás de la lente; recordemos que Kubrick co-escribió Odisea del Espacio con Arthur C. Clarke, uno de los grandes referentes de la ciencia ficción, recordemos también, que el filme y la novela (realizadas de manera simultánea) se inspiraron en un breve relato de Clarke: El Centinela. Clarke lo mencionó en alguna ocasión: “Nuestro objetivo era dar una mirada madura, al tema de la exploración espacial”, para tal acción, la producción se encargó de contratar a varios técnicos especialistas en ciencias aeroespaciales; algunos de ellos; como Frederick Ordway III, fueron convocados por el propio Clarke para el proyecto que se maquinó en cuatro años.


La trayectoria de Kubrick es su carta de presentación, sin encasillarse en un género específico; el cineasta cuidó cada detalle de sus producciones hasta en lo más mínimo, no es raro que para 2001, Kubrick insistiera en esa perfección; para él el mundo en el que sus historias se relataban era un protagonista más.


El escenario es el protagonista principal, si bien en todos sus filmes los planos que presenta dan una sensación de profundidad, en Odisea del Espacio, no sólo se observa tal efecto, sino que se presenta un conjunto de escenas que parecen estáticas y en movimiento, como una caída perpetua que invita que la mirada del espectador se adentre más en el filme.


En la narrativa de Kubrick, en sus cintas y en particular 2001: A Space Odyssey se puede observar que el relato de la historia hace que el discurso del director parezca el de los protagonistas, entonces ¿Quién es el protagonista de la cinta de 1968 de Kubrick? ¿Es David, Hal-9000 o el Monolito? En este caso, el protagonista es el espacio mismo, la historia que cuenta Kubrick con ayuda de Clarke es la de mostrar que, quizás, la incursión de la exploración espacial es la única manera en la que la humanidad puede trascender de su autodestructiva naturaleza, un renacimiento que en la película se muestra como un feto flotando en el espacio con la música de Strauss de fondo para completar el círculo de casi tres horas, que deja en claro que la visión de Stanley Kubrick es una madeja de ideas e interpretaciones sobre la humanidad y sus miedos a lo desconocido.


En estos días de lluvia te invitamos a adentrarte de nuevo en 2001: A Space Odyssey su genialidad nos permite verla una y otra vez encontrando siempre algo nuevo que nos sorprenderá.

 
 
 

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