El fútbol es un deporte para hombres
- Mario García Toribio @gmarioalbertot
- 18 dic 2015
- 3 Min. de lectura
El futbol es un deporte para hombres porque las féminas ‘corren como niñas’ o ‘pegan suavecito’; pero el 2015 fue un punto de partida para demostrar que las mujeres tienen potencia para competir en deportes que “no son para ellas”.

El deporte es de los terrenos donde la incursión masculina ha sido dominante, o eso parece. La disparidad en exposición y participación entre ambos sexos en el mundo deportivo tiene orígenes culturales, económicos y de gustos, por supuesto, que podría estar influido por los primeros dos.
Que porque ‘corren como niñas’, pegan suavecito, son débiles, o que si se esfuerzan quedarán infértiles; son muchos los argumentos para limitar la cercanía de las mujeres al mundo deportivo, pero ojalá estemos cerca de eliminar esos mitos.
El Mundial de Futbol Femenil en Canadá este verano dio muestra de que el deporte femenino también es atractivo. Desde los preparativos, el comité organizador planeó hacer historia con esta competición. El objetivo fue que casi mil millones de personas vieran los partidos por televisión en todo el mundo, y es que hubo más selecciones que en cualquier otra edición de este certamen mundial -24-.

Para el cercano 2016, las mujeres formarán parte del universo futbolístico a través de una de las plataformas más atractivas para los fanáticos del balompié, el juego de video FIFA 16.
Son más de 10 selecciones mayores femeninas las que tienen un lugar en este juego, y la figura de las máximas representantes de ese deporte –entre ellas la estadounidense Alex Morgan- serán fundamentales para lograr un impacto positivo en el público, independientemente de si se es hombre o mujer.
Más allá de lo que representará en lo económico para las empresas que producen este material, el impulso que empieza a recibir el deporte femenino a nivel mundial debe ser el punto principal para ponerlo a discusión, ya es justo comenzar a eliminar la imagen mental de los deportes “masculinos”.
Las mujeres demostraron que pueden brindar partidos más atractivos, incluso, que los de varias selecciones masculinas en el futbol: Alemania, Estados Unidos, Japón, Colombia y México, son sólo algunos ejemplos de la garra propuesta por las seleccionadas que participaron en el máximo evento del balompié femenino.
Esto para nada debe sorprender. No significa que las mujeres no tengan la capacidad de dar entretenimiento en un Mundial de Futbol y lo ocurrido en Canadá sea una novedad, sino que es necesario quitar del imaginario colectivo la idea de que hay deportes para cada sexo.
Los objetivos trazados por el comité organizador en Canadá 2015 en la Copa Mundial Femenil y los esfuerzos por incluir selecciones femeninas en el FIFA 2016 son vías para hacer a un lado otro tabú sobre los deportes femeninos, que la belleza es todo aunque no hay talento.
La explotación de la belleza femenina para atraer a ese público y a los hombres a los deportes practicados por las mujeres es un tema que también debe ser abordado por la sociedad. No es necesario ver mujeres en bikini para que ellas se sientan aceptadas en esas actividades físicas ni para ganar espectadores, pero es otra opción muy respetable para quien lo consume.
Por otra parte, la repercusión que trae para los bolsillos de quienes tienen el control económico de los deportes a nivel mundial también tiene mucho que ver en el cambio de mentalidad sobre la incursión de las mujeres en el deporte. El problema es que el impulso a los deportes femeninos depende de si es negocio o no.

Por la misma razón, el futbol es la actividad física de alto rendimiento que más atención ha atraído, porque en su versión masculina deja hasta 5 mil millones de dólares para la FIFA en periodos de cuatro años y la inversión en la modalidad femenina es un riesgo que los inversionistas están dispuestos a correr.
Otros deportes donde figuras como Paola Espinoza, Paola Longoria, María del Rosario Espinoza y Aída Román deben esperar a que sus deportes generen dinero y deben dedicarse a él por el amor al arte. No obstante, la proyección que tienen estas deportistas en competencias internacionales como los Juegos Olímpicos –ya que sus mundiales no son transmitidos a nivel internacional-, son una plataforma importante para tener un impacto en la juventud que busca alternativas para desarrollarse físicamente, y es que no a todos les gusta el futbol.
Pareciera ser que la inclusión de mujeres en el FIFA 16 no sea la solución adecuada para lograr equidad entre ambos sexos deportivamente hablando. La principal fuente de cambio para este panorama es el aspecto cultural en donde la inclusión no sea separar los vagones del metro o tener autobuses rosas, sino comprender que damas y caballeros tienen potencial para brindar espectáculo en deportes que “no son para ellos” y el 2015 fue un punto de partida para probar alternativas que permitan comprobarlo. Ojalá que los deportes mixtos empiecen a probar suerte.
Imágenes de:
FIFA
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