top of page

México: Campeón en abuso sexual infantil (Segunda parte)

  • Sofía González
  • 17 nov 2015
  • 4 Min. de lectura


En la primera parte de esta entrega, Contratiempo MX ofreció una serie de datos cuantitativos sobre el tema del abuso sexual infantil en México, país que ocupa el primer lugar a nivel mundial en violencia hacia los menores.


En esta segunda parte, se muestra un relato realizado con base en 2 de los 5 casos de abuso sexual infantil dentro de una misma familia mexicana, todos víctimas del mismo abusador. Los nombres de las víctimas no se mencionan por petición de estas, para procurar su seguridad.



Que Dios lo perdone, porque yo no.

Tengo un peculiar odio hacia las personas cristianas, quizás porque alguien, con una familia perteneciente a esta religión, arrebató mi felicidad de la forma más cobarde existente. Lo hizo cuando no tenía armas para defenderme, cuando mi alma estaba limpia, cuando mi cuerpo estaba limpio.


Tiempo después descubrí que no fui el único caso, sino que éramos 5 personas a las que nos dañó de la misma manera, éramos 5 los niños de quienes abusó sexualmente. Lamentablemente, los otros 4 son cristianos y lo han perdonado; además, según un abogado, por haber dejado pasar 14 años del abuso para querer denunciar, ya no se puede cobrar justicia.


Tenía 8 años, estudiaba los primeros años de primaria. Era una niña feliz, alegre y activa; a mi corta edad, un ejemplo a seguir. El medio familiar no era muy bueno; mi hermano, alcohólico, golpeador y agresivo, entraba en la ruina después de su auge como comerciante independiente. Él, siempre motivo de peleas entre mis padres y hermanos, toda la familia siempre al pendiente del próximo paso que diera. Yo, encerrada en mi cuarto con mi primo, finalmente no daba problemas, no había de qué preocuparse, en casa estaba segura.

Tenía 5 años, hijo de una mujer trabajadora y de un alcohólico, golpeador y drogadicto. Mi padre desapareció después de que nací, volvió a aparecer años más tarde, y por temporadas iba y venía. Mi mamá tenía que trabajar para mantenernos y ayudar a mi abuela, quien me cuidaba hasta que llegaba de trabajar.


En casa de la abuela o de alguna tía, estaría seguro, los únicos que podrían tener contacto conmigo eran otros familiares, primos, tíos, pero entre familia no pasa nada, las familias son muy unidas y sólo se protegen. Nada malo podía pasarme.


Lo primero que me dijo al entrar a mi cuarto fue: cumplí mi promesa, vamos a jugar. Me puse feliz, pero no entendí porque cerró la puerta con seguro y me hizo señal de no hacer ruido. Pensé que era parte del juego, así que eso hice, guardar silencio. Se sentó en mi cama y al ver que mis instrumentos de doctor estaban sobre ella, me pidió ser su médico.


Ordené mis instrumentos y realicé el procedimiento rutinario: tomar la presión, inyectarle un brazo, escuchar el corazón. Había terminado, mi paciente estaba sano. Guardaba mis instrumentos cuando me pidió prestarle el teléfono nuevo. Lo tomó y lo puso en mi mano, me dijo que ese era otro instrumento médico y que la revisión no había terminado.



No entendía, pero pensé que el juego continuaba. Tomó mi mano con el teléfono y la metió a su pantalón. Me asusté y no quise seguir, pero apretó mi mano y me miró de un modo aterrador, amenazante. Volvió a decir que no habíamos terminado; poco a poco metió más y más mi mano en su pantalón, hasta que sentí pelos y piel mojada.

Estaba aterrada, tenía miedo, pero él me amenazó. Sus manos controlaban los movimientos de las mías, y el asco me controlaba a mí. El único sonido alrededor eran las máquinas de coser de mi mamá y la agitada respiración de mi paciente.

Sacó mi mano y dijo que esta vez sí habíamos terminado, pero que era su turno de ser mi doctor. Le dije que ya no quería jugar, que quería salir. No me hizo caso y no pude hacer nada. Empezó a jugar conmigo aunque yo no jugara ni quisiera hacerlo, sólo me obligaba a callarme, a no moverme, a no contarle a nadie.

Esa fue la primera vez. Vivió más de un mes en mi casa.

...

Él y sus hermanos eran de lo peor. Siempre me molestaban y me hacían llorar. Aprovechaban que estaba solo y me quitaban los juguetes, a veces me pegaban. Yo prefería que fueran juntos, si él iba solo, me daba miedo, aún tengo miedo. Mientras mi abuela veía televisión, mi primo y yo salíamos a jugar.

Él me llevaba al lavadero que estaba en el patio, debajo de unas escaleras que daban al piso de arriba. Si te asomabas desde la puerta de la casa, sólo estaban unas escaleras de piedra, viejas y frías. Si te acercabas a mirar debajo, él y yo.



Me metía las manos al pantalón y comenzaba a tocarme, después, debajo del calzón hasta tocar mi piel directamente con sus manos. Me bajaba el pantalón, la ropa interior, y comenzaba a besarme desesperadamente, hasta darme los llamados “Besos negros”, meter su lengua en mi ano. No fue sólo una vez.


Sé que me hizo daño, pero Dios lo hará pagar, eso dice mi mamá. No debemos denunciarlo porque eso es intervenir en la voluntad de Dios, además es de mi familia, tiene hijos y una linda esposa, no podemos acabar con esa bonita familia. Dios hará que pague a su tiempo. Yo ya lo perdoné.

Tal vez ahora comprendas por qué odio tanto a los cristianos. Los padres de los abusados lo son, esos drogadictos y alcohólicos golpeadores son cristianos; uno de ellos es pastor y se irá al cielo porque Dios le perdonó todos sus pecados. Los padres del abusador, son cristianos y están seguros de que su hijo será perdonado algún día, cuando entre en el camino de Dios.


Soy creyente, en verdad lo soy, pero estoy totalmente en contra de las religiones enajenantes como la cristiana, en religiones que justifican los asquerosos actos de las personas para hacerlos sentir bien con ellos mismos, para hacerles creer que aunque le hayan destruido la vida a otras personas, ellos merecen el perdón divino.


Hoy quise alzar la voz para denunciar casos como el mío, para evitar que muchos otros pasen por lo que yo pasé. Por todo ello, parafraseando a las personas que tanto crítico, que Dios lo perdone, porque yo no.


Colaboración de Contratiempo MX y DJóvenes.


Fuente:

Foto 1 tomada de www.expoknews.com

Foto 2 tomada de vallartanoticias.com

Foto 3 tomada de diarioportal.com

Foto 4 tomada de www.fundaciontelevisa.org

 
 
 

Comments


sigue leyendo
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page
bottom of page