Nuestras hijas de regreso a casa
- Sofía González
- 28 sept 2015
- 3 Min. de lectura
La violencia en México es una constante y una situación preocupante, día con día encendemos el televisor, la radio o leemos algún periódico y nos enteramos de la muerte de un gran número de personas.
En 2013, se reportaban 19 asesinatos por cada 100 mil habitantes; el año pasado, 2014, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)) informó que ese número disminuyó en un 15.78%, pasando de 19 a sólo 16 asesinatos por cada 100 mil. 19 669 homicidios fueron registrados en 2014, a eso debemos sumarle los casos de impunidad, homicidios de los cuales no hay registro alguno, desapariciones y otros tipos de muerte sospechosa de los que no se habla.

Fotografía tomada de mexico.cnn.com
Ejemplos de impunidad en nuestro país, sobran. Por mencionar algunos ejemplos están las mujeres de Atenco, muertas en el Estado de México, los 43 normalistas de Ayotzinapa, tema muy tratado hoy en día. Sin embargo, hay otro caso que no debemos olvidar: las muertas de Juárez.
Contratiempo MX, considera importante darle voz a quienes no la tienen, por ello, en esta entrega se presenta una entrevista convertida en relato. Esta charla se realizó en 2013; sin embargo, hoy, año 2015, sigue vigente, son acontecimientos que no deben ser olvidados.
“Soy Norma Andrade, mamá de Lilia Alejandra García Andrade, asesinada en febrero de 2001, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
A raíz del asesinato de mi hija inicié pidiéndole al gobierno que atrapara a los culpables, pero al parecer exigir justicia a ellos no les agradó mucho. No sólo era yo, sino varias madres a quienes nos habían quitado a nuestras hijas, desaparecido, asesinado, torturado. Así es como nace la asociación “Nuestras hijas de regreso a casa” conformada por madres únicamente pidiendo justicia a un gobierno del que no recibimos apoyo alguno.

Fotografía tomada de plumas libres.com.mx
En lo que va del año 2013 se han reportado alrededor de 32 desaparecidas, y a quienes el comité de madres está buscando. El hecho de que las madres levanten la voz les ha ocasionado muchos problemas a las autoridades, pero esta situación ya es muy grave y es imposible ocultarla.
Se llevan a jóvenes y no sabemos con qué fines. Nosotras creemos que, en algunos casos, están utilizándolas para prostituirlas. La mayoría de las veces, cuando las encontramos asesinadas, se descubre que habían sido violentadas sexualmente. A las que se han logrado encontrar, ha sido después de 2 o 3 años, incluso después de 5 años de ser desaparecidas.
El gobierno está presionando a las madres para que callen la boca y no sigan denunciando esta situación porque no les conviene. Ellos dicen que la ciudad está muy estigmatizada, pero yo digo que no es que la ciudad, sino el gobierno y las autoridades. Para desquitarse ahora están acosando a las madres.
La señora Karla, un miembro de nuestro colectivo, acaba de pedir asilo político en Estados Unidos porque las autoridades la hostigaban y corría peligro. Tiene un mes que se lo dieron. Yo misma tuve que salir de Ciudad Juárez porque me dieron 5 balazos en diciembre de 2011. No me atrevería a acusar directamente al gobierno porque no sé quién me disparó, pudo ser el mismo asesino de mi hija. Lamentablemente no lo sabemos.

Fotografía tomada de mexico.cnn.com
Tenemos el apoyo aquí en el D.F., del colectivo Rosas Rojas, el cual nos hizo una invitación para participar en la marcha lésbica feminista. Fuimos invitadas para Conmemorar los 12 años de lucha que tenemos. Acepté, porque cualquier hombro o mano que nos presten para levantarnos es buena.
En febrero de 2013 mi hija cumplió 12 años de ser asesinada. Agradezco a todas las personas que nos ayudan en la lucha sin haber vivido lo que yo. Sin haber experimentado lo que muchas madres de estas jóvenes experimentamos. Ellos están aquí por convicción, no como yo que tuve que verme inmersa en esta lucha, con la muerte de mi Lilia, para participar. No esperen estar en nuestros zapatos para gritar.”
Colaboración de Contratiempo MX y DJóvenes.
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