Tu sonrisa
- Ana Lavariega
- 22 sept 2015
- 2 Min. de lectura

Te recuerdo de una vez, hace mucho tiempo, con tu cabello al viento tan libre como tus ideas, con los ojos soñadores y las palabras más dulces que he escuchado jamás. Te recuerdo así; aún no sé si de esta vida o de una pasada, de un sueño, o tal vez sólo de las nubes.
Te recuerdo así, no sé cómo ni por qué, tampoco sé cómo fue que te encontré de nuevo.
Te vi y de inmediato supe que eras tú. Esa sonrisa no es algo de este mundo, no puede ser de nadie más que tuya.
Entonces escuché la frase que me llevaría a confirmar lo que siempre supe: todo el tiempo fuiste tú, y estuviste ahí. Hace tiempo que espero que sepas que te espero.
Te miré sonreír nuevamente y no pude menos que bajar la mirada, no podría asegurar si quería que me vieras o no. Tal vez sólo quería correr, aún no sé si en dirección a ti o hacia el lado opuesto. No podía ocultar mi emoción. No, mientras los tambores seguían sonando y tu voz, esa voz tuya otra vez, tú sabes que tu sonrisa me va a salvar, tú sabes que mi sonrisa te va a contagiar.
Tuvo que ser en otra vida. Sería demasiada la fortuna de encontrarte dos veces en la misma. No creo posible tanta felicidad. Y otro mundo se hace posible, es tu risa me alegra decirte.
En el fondo de mí sé que estás tan seguro como yo que ésta ha sido una historia que estaba ya escrita. Fue construida línea por línea en cada uno de los días de nuestras vidas, con pausas, con capítulos de continuación, con largos momentos de espera, pero nunca con un final.
Sé que la tinta no se agotará nunca para nosotros, por más que nos vayamos, nos acerquemos o nos alejemos -aún sin conocernos-. Sé que nuestros caminos finalmente van a converger en un punto del recorrido: no sé cómo, ni dónde, mucho menos sé cuándo será, sólo me he dado cuenta que estamos predestinados a ser y eso no se puede cambiar.
Sólo espero esa última línea en la que toda esta historia tenga sentido. Hace tiempo que espero que sepas que te espero…
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