Sortilegio
- Manuel Josemanuel
- 22 sept 2015
- 1 Min. de lectura
De mi dolor nace la más repulsiva forma
Se mueve y se desarma y vuelve
Aterrándome a cada instante
El miedo... la alimenta.
Es cruel y persistente.
Un detalle a veces de luz la enseñorea
Y parece tan blanca... hermosa...
Yo bebo de ella con ansia de naufrago
Hasta la última gota de paz y ternura.
No discurro
No desando
Me place hasta el ensueño.
Y despiertan los duendes de mi bosque
Las hadas, los rayos brillantísimos...
Y el sonido egregio de la utopía...
Me duerme, cubierto de embeleso... me besa...
Donde sólo el sueño me place,
Me debilita hasta la entrega.
Y entonces, suyo, involuntario.
Hace de mí el restrospectivo sortilegio
Grita su apostasía, revuelve heridas con uñas desgastadas
Y trepida el último roce de mis nervios
Hasta el modo inarticulado del alarido que no cesa.
Al final me recibe el espejo...
con los ojos lejanos de quien vuelve solo
Con el llanto apagado
Y la sangre seca
Con los brazos vacíos... regreso
Regreso
Regreso...
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