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Libertad para pensar en tiempos de lo digital

  • Luis Josué Lugo
  • 18 ago 2015
  • 2 Min. de lectura

Recientemente, Javier Duarte, gobernador de Veracruz, lanzó una campaña advirtiendo a la población de Veracruz que hiciera un uso responsable de redes sociales digitales. Esto, después de que en 2012, el mismo gobernador de Veracruz mandó una iniciativa de ley para prohibir que se utilicen redes sociales digitales que alteren la paz pública (la cual no procedió).

Anuncios generados por el gobierno de Duarte en Veracruz

Foto tomada de Revista Reversos

Este hecho, combinado con otros personajes políticos que han intentado “controlar Internet” como Federico Doring ―próximo diputado federal plurinominal del PAN―, nos permite dialogar sobre la importancia de la libertad de expresión en las redes sociales digitales (aún con el espionaje y vigilancia que existen en las mismas); pues pueden ser espacios de expresión, respecto a causas e injusticias sociales. Esto, sin sobredimensionarlas, ni tampoco menoscabándolas; mejor aún, valorándolas con sus pros y contras.

Así, es importante mencionar que las redes sociales digitales son espacios en donde sujetos y grupos pueden organizarse, interactuar, visibilizar causas y conformar proyectos de índole diversa. Si bien, en México se ocupan mayoritariamente para el entretenimiento y la diversión, según la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI); también existen personas y grupos que les dan un uso social y político.



Uso de redes sociales en México

Fuente: AMIPCI


Lo anterior resulta muy importante, sobre todo si se considera el sistema concentrado y centralizado de medios de comunicación que impera en nuestro país; lo cual invisibiliza diversas expresiones y causas sociales. Ante este escenario, plataformas digitales como Facebook, y sobre todo Twitter, fungen como herramientas que pueden coadyuvar a la libertad de expresión, el derecho a la información y la pluralidad informativa.


Esto se torna más significativo, sobre todo en un contexto en donde existe violencia, inseguridad y crimen organizado, pocas veces tratados en medios colectivos de comunicación; ejemplo de ello han sido, el nulo seguimiento a la muerte de niños y niñas en la guardería ABC, el escaso tratamiento del asesinato de periodistas y comunicadores en diversos estados de la República, y distintas situaciones sociales, en donde la marginación y la pobreza juegan como factores clave de lo sucedido.


Basta mencionar que, con la ayuda de plataformas digitales, en México se logró ejercer presión cuando aprehendieron a presos políticos, como sucedió el 1 de diciembre de 2012 con Rafael Escalante e Iván Martínez Ojeda, ambos colaboradores de Contratiempo MX; así como con la visibilización de diversas muestras de racismo y discriminación de funcionarios públicos.


En términos internacionales, con el uso de plataformas digitales, se difundieron diversos videos de la Primavera árabe (aunque sólo el 3% cuenta con acceso a Internet en dicho país), así como en Corea del Sur, país en donde la labor de medios independientes para informar a la sociedad, fue sustancial para quitar al partido en el poder.


Por ello, es necesario garantizar la libertad de expresión y la pluralidad informativa en entornos digitales de iniciativas como las que han presentado Doring y Duarte, cuidando también aspectos de privacidad (debido al espionaje electrónico de empresas e incluso gobiernos); y sobre todo, aprovechando las posibilidad de inmediatez, globalidad e interactividad, que ofrecen las plataformas digitales para convertirnos en periodistas de nuestras propias historias, sobre todo en aquellas que están invisibilizadas en grandes medios.


@josuelugo

 
 
 

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