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El triunfo de MORENA en la Capital: límites y posibilidades de un retorno de “la izquierda”

  • Pedro Iniesta
  • 8 jul 2015
  • 4 Min. de lectura

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Durante sus años de existencia, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) y su partido oficial de “izquierda”, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), han adquirido una serie de deudas con la población capitalina. Una de estas deudas ha sido en torno al tema de la participación ciudadana que rebasa los espacios confinados a las urnas; es decir, hablamos de la deuda que existe de “la izquierda” electoral con los derechos humanos a la manifestación, la libertad de expresión, a la libre asociación, etc., que se vieron vulnerados en todo el territorio nacional en general, y en el Distrito Federal en particular, desde la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia del país y de Miguel Ángel Mancera al GDF.

Durante el último trienio, esos derechos fueron depreciados en la Capital a raíz de la implementación del Protocolo de Control de Multitudes, puesto en marcha a partir del 25 de marzo de 2013 y sin haber pasado por la misma Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF); dicho protocolo criminaliza la protesta social y convierte en “legal” la intervención por parte de la fuerza pública para disolver las reuniones y manifestaciones públicas.

Otra de las deudas, vinculada ampliamente a la anterior, ha sido la escucha a las demandas de movimientos sociales locales, las cuales son omitidos en la planeación urbana y la implementación de políticas públicas neoliberales. Tal es el caso de los proyectos en torno a la Autopista Urbana Poniente (la “Supervía”), la Línea 12 del metro, los cuales han sido concluidos; y futuros planes de la Autopista Urbana Oriente, las Zonas de Desarrollo Económico y Social (ZODES), entre otros.

Todos estos proyectos tienen características similares: un necesario desplazamiento de miles de familias (forzado o a partir de procesos de “gentrificación”, es decir, el encarecimiento de la vivienda y los servicios urbanos alrededor de las zonas); un constante e irreparable daño al medio ambiente y a las reservas forestales del suroriente y poniente de la capital; una constante inyección de recursos del erario público hacia las empresas concesionadas que se encargan de la construcción o la gestión, como OHL, CARSO, ICA, etcétera.; una movilidad urbana que privilegia a unos cuantos automovilistas en demérito de las personas que nos desplazamos en transporte público, entre muchos otros.

Todos estos proyectos tienen entre sus opositores a los habitantes de las zonas donde se pretenden llevar a cabo, los cuales se han organizado de diversas maneras para exigir el cese inmediato de esta nueva forma de urbanidad que beneficia únicamente a las empresas concesionarias y a las clases altas locales, despreciando a la clase trabajadora que se desplaza y vive en esta ciudad. Sin embargo, ante las protestas de múltiples familias y colectivos, el GDF ha respondido de manera violenta e indiferente, dejando en claro que no es un gobierno de izquierda.

Hoy, después de las elecciones del pasado 7 de junio, el panorama de la Ciudad de México en términos electorales ha dado un vuelco, y el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) se muestra como la principal fuerza política en la Capital. Al igual que el PRD, MORENA se proclama como fuerza progresista, de izquierda y en pos del bienestar de la gente. Sin embargo, ante estas coyunturas locales, las declaraciones por parte de los candidatos de MORENA y, en especial, de su líder Andrés Manuel López Obrador, distan mucho de retomar estas demandas como bandera, reflejando un nulo encuentro con la ciudadanía que tanto dicen que los ha respaldado. En cambio, las declaraciones se han concentrado mucho más en hablar de una batalla contra una corrupción abstracta y el “derroche económico”; batalla que, de ser librada, sería un gran triunfo para la ciudadanía, es cierto. Sin embargo, MORENA, como principal fuerza política en el DF, aún se encuentra lejos de representar unos intereses ciudadanos que rebasen la participación electorera.

Durante el cierre de campaña de los candidatos por MORENA, llevado a cabo en Ecatepec previo a los comicios del pasado 7 de junio, AMLO anunció que en aquellas delegaciones donde gobierne su partido habrá un 100% de inscripción escolar para los jóvenes que busquen estudiar un nivel universitario; el recurso que habrá de implementarse para este objetivo, dijo, será tomado de la mitad del dinero que otorgue el Instituto Nacional Electoral (INE) para el partido, además del recurso que provenga de la disminución de los sueldos de los diputados locales, federales, presidentes municipales y delegados miembros del partido.

Además, como otras veces, ha reiterado su compromiso con la ciudadanía y su antagonismo con “la mafia en el poder”, argumentando una vez más que habrá cero tolerancia para la corrupción en el partido. En los mensajes que ha dado AMLO durante las últimas semanas, la mayoría de las críticas se concentran en el uso del erario público para fines corruptos e innecesarios para la población. Cuestiona, además, algunas de las actitudes que el anterior partido con mayoría en los comicios en el Distrito Federal (DF), el PRD, tuvo durante este último trienio: “Va a llegar el grupo de MORENA a la Asamblea y, ¿ustedes creen que aquí se va a permitir que se privatice el agua? ¿Creen qué se va a permitir que los carros más antiguos no circulen? ¿Creen qué se va [sic.] a permitir los aumentos en el precio del Metro, los aumentos en el impuesto predial? Todo eso va a terminar, vamos a poner orden de nuevo en la Ciudad, porque hace falta”, sostuvo.[1]

Por supuesto, de cumplir estas promesas, se observaría una clara tendencia hacia una política social progresista por parte de los candidatos de MORENA elegidos para este trienio. Sin embargo, aún existen muchas deudas por parte de los gobiernos anteriores con la ciudadanía, ante las cuales AMLO y los miembros de MORENA no se han pronunciado de manera pública.

Es fundamental que tengamos esto en mente y lo reflejemos en demandas ciudadanas de cara a la transformación política que vivimos en la Capital actual, pues es probable que –y realmente espero que así sea– con quien tengamos que lidiar los capitalinos a partir del 2018 sea con un gobierno de MORENA, el cual tendrá muchos retos que enfrentar –en los diversos poderes– para poder ser llamado un verdadero partido y gobierno de izquierda. De lo contrario, sólo podremos esperar las tradicionales políticas de parcial bienestar social y una participación ciudadana confinada en las urnas.

[1] “Anuncia AMLO que delegados y diputados de MORENA pondrán orden y terminarán con la corrupción en el DF”, en Reporteros en movimiento, disponible en línea (https://reporterosenmovimiento.wordpress.com/2015/05/31/anuncia-amlo-que-delegados-y-diputados-de-morena-pondran-orden-y-terminaran-con-la-corrupcion-en-el-df/, consultado el 20 de junio de 2015).

TTR: @pedrocosmonauta

 
 
 

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