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El Zócalo se viste de blanco

  • contratiempomx
  • 20 feb 2015
  • 4 Min. de lectura

Brandon Gustavo

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Las parejas llegan. Se acomodan en los asientos que están cubiertos de telas blancas para diferenciarlos de los invitados que se sentarán a disfrutar de la ceremonia. Todo está listo. El escenario ya está puesto y decenas de personas se colocan en éste por hileras. Delante de ellos toca el Mariachi de la Guardia Nacional de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. El sonido de los violines, las guitarras, las trompetas y la voz de una mujer entran a los oídos de los espectadores por las inmensas bocinas negras colocadas a los lados del escenario. Miguel Ángel Mancera junto con algunos secretarios del Distrito Federal empiezan a subir a éste. El mariachi termina. Está a punto de dar comienzo el evento: se oficializará una boda colectiva, la cual unirá a más de 1500 parejas, “un record” diría el jefe capitalino.


Sofía Orozco y Jessael Emanuel eran estudiantes. Se conocieron en una fiesta. Al principio comenzaron a salir como amigos y cada vez se fue estrechando más su relación hasta que iniciaron un noviazgo. No hubo ninguna dificultad. No obstante, sabían que para dar el siguiente paso era necesario que cada uno terminará sus estudios para construir un buen futuro que ambos pudieran disfrutar. Lo hicieron, concluyeron su carrera. Actualmente trabajan en empresas relacionadas con su profesión y están dispuestos a casarse este 14 de febrero en la plancha del Zócalo capitalino.


En el escenario ya hay varios funcionarios. Las parejas son diversas: hay extranjeros, personas mayores, prometidos del mismo sexo, novios que se llevan más de 10 años. Del otro lado del escenario, el pastel es de color rosa y blanco, de siete pisos. Hay una lavadora con forma cilíndrica, una estufa y un refrigerador que sobresalen por su gran tamaño. Empiezan los discursos: el primero en hablar es el consejero Jurídico José Ramón Amieva, quien dice que todas las parejas pasaron por pláticas para poder casarse en las que se charlaba acerca de la importancia del matrimonio. Además de mencionar que las 1690 parejas que estaban presentes provienen de diferentes delegaciones del Distrito Federal.


A continuación, Héctor Maldonado San Germán, director general del Registro Civil, pregunta a los asistentes si aceptan a sus prometidos y a una sola voz todas dan un sí. De forma simbólica una pareja sale al escenario para oficializar el matrimonio. Luego de esto, los enamorados lanzan sus globos blancos que se elevan hasta llegarse a perder en el cielo nublado.


El siguiente es el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, no quiere tardarse mucho, supone que lo que quieren los recién casados es comenzar a cortar el pastel y bailar, por eso, presuroso dice que se rompió un record al juntar mil 649 parejas en esta boda colectiva. Una boda que pasará a la historia por la magnitud de gente que acudió. Al final, Mancera les dijo que los gastos corrían por parte del gobierno y les pidió a los ahora esposos que se dieran un beso, pues una boda sin beso no es una boda. Éstos le hicieron caso y todos fueron espectadores del suceso. Luego del beso, el jefe capitalino dio inició a la rifa de viajes y electrodomésticos.


Mónica y Jorge se conocieron gracias a la madre de éste, pues Mónica trabajaba en el mismo negocio que ella, por lo que la señora los presentó. Al primer instante, dice Mónica se enamoró de Jorge. Sin embargo, les tomó más de 3 años para tomar una decisión importante: comprometerse. No podían pagar el costo de una misa, ni de la fiesta, ni del trámite. Por lo que, la convocatoria del gobierno les pareció una oportunidad para cumplir este sueño. Al preguntarles porqué fue la decisión de casarse, Jorge contestó: porque estamos enamorados.


La rifa había comenzado, la gente estaba atenta al número que anunciara el jefe capitalino. Sin embargo, no a todas las parejas les tocó boleto y comenzaron a gritarle desde lo lejos a Mancera. Después de unos instantes, el ex-procurador entendió el mensaje y detuvo la rifa para que se les proporcionará los boletos correspondientes y el sorteo fuera justo. Éstos le agradecieron con una porra: "Mancera, Mancera, Mancera", gritaban. Acto seguido, el jefe del gobierno del Distrito Federal se despidió del evento, deseando que las parejas tuvieran un compromiso feliz y este durará muchos años. Pero la verdadera fiesta estaba a punto de comenzar, pues se anunció la llegada de la Sonora Dinamita y la repartición del pastel.


Hace 8 años, Eric y Carmen se vieron por primera vez. Pero fue hace apenas un año que planeaban su enlace matrimonial. Para ellos no era una decisión difícil sino simplemente tomar muchos objetos para poder casarse. Al preguntarles en dónde se conocieron, entre risas, Eric dice que en el trabajo: ambos son policías.


Llegó la Sonora Dinamita y la fiesta comenzó. Las parejas se paran de sus asientos. Van a bailar, a divertirse, a dar vueltas, giros, cruzadas de miradas, de sonrisas, de besos. Una sensación de felicidad embarga toda la plancha del Zócalo. Emanuel y Sofía están sentados, a ellos sí les gusta bailar, pero prefieren escuchar la música desde sus asientos, lo disfrutan más. Por su parte, Mónica y Jorge se retiraron del evento, después de éste seguirían el festejo en la casa de él, junto con su familia. Del otro lado de la plancha, se encuentran Carmen y Eric, bailan, al ritmo del grupo de cumbia, las canciones "Se me perdió la cadenita" o "Mi Cucu", entre otras. Con eso finalizó la boda colectiva organizada por el gobierno del Distrito Federal.


Al alejarse de la plaza se podía observar como las parejas bailaban sin cesar. Como el Zócalo se vestía de blanco, rojo, azul, negro, rosa y otros colores. Así, la celebración se llenó de diferentes tonalidades que terminaron por despedir el festejo al atardecer.

 
 
 

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