La fosa periodística
- contratiempomx
- 17 feb 2015
- 3 Min. de lectura
Emilia López

Moisés Sánchez Cerezo era taxista, además de director y editor del periódico La Unión de Medellín de Bravo, Veracruz. Su periódico se distribuía impreso, pero también tiene un blog en internet. Tomaba fotos y escribía sobre actos de corrupción, entre otras demandas sociales. Lo distribuía en las zonas de Medellín, entre Puente Moreno y El Tejar. Desde su cuenta personal de Facebook denunciaba obras incumplidas, banquetas con baches, fugas de agua; era activista, se encargaba de organizar a sus vecinos.
Moisés fue secuestrado el pasado 2 de enero. El testimonio de sus familiares indica que a su domicilio llegaron 3 automóviles de los que descendieron varios hombres armados, quienes lo sacaron de su habitación y lo subieron a uno de los vehículos. Además, se llevaron su cámara, su laptop, su Tablet y su celular.
Jorge Sánchez, su hijo, declaró que es una prueba de que se trataba de un ajuste de cuentas, pues su padre había sido advertido de que el alcalde de Medellín, Omar Cruz Reyes, estaba molesto, y recibió amenazas tres días antes de desaparecer.
El reportero Sánchez Cerezo le había dado difusión en esos últimos días a la creciente ola de robos y asaltos en el municipio, así como la aparición de tres personas ejecutadas, esto último fue justo el día en que el edil panista rendía su primer informe de gobierno en diciembre pasado.
Las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia del gobierno de Veracruz (PGJV) señalaron a Clemente Noé Rodríguez Martínez, integrante de la ahora extinta Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río-Medellín, como presunto secuestrador del reportero de La Unión. Rodríguez Martínez declaró que recibió órdenes de Martín López Meneses, subdirector de la policía municipal de Medellín y escolta personal del alcalde de dicho municipio.
Finalmente, Luis Ángel Bravo Contreras, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado informó que el cadáver del periodista Moisés Sánchez Cerezo fue encontrado la madrugada del 24 de enero en los límites del municipio Manlio Fabio Altamirano y Jamapa.
Según datos de la organización Periodistas de a pie, Moisés Sánchez es el onceavo periodista asesinado durante el gobierno de Javier Duarte, quien ejerce el cargo de gobernador de Veracruz desde 2010. La organización Artículo 19 señala que de 2000 a la fecha se han registrado 16 homicidios de periodistas.
Periodistas de a pie también se encargó de crear una tabla donde recopila los nombres de los periodistas asesinados entre diciembre de 2010 y febrero de 2014:

El caso más reciente es de Gregorio Jiménez, quien recientemente cumplió un año de haber aparecido. “Goyo” escribía sobre sucesos policiales en los medios en que trabajaba. El 5 de febrero de 2014, aproximadamente a las 7:15 de la mañana unos sujetos armados irrumpieron en su casa y se lo llevaron. Las investigaciones oficiales apuntaban a que la causa del asesinato fue un conflicto personal; sin embargo, Carmela Hernández, viuda del reportero, declaró que a Gregorio no lo mataron por problemas personales sino por las notas que publicaba.
Las movilizaciones no se hicieron esperar. Compañeros de trabajo de la sección policiaca del reportero se manifestaron ese mismo día. Dos días después, en twitter crearon hashtags como #HastaQueAparezcaGoyo, #QueremosVivoaGoyo y #DóndeEstáGregorioJimenez, en los que participaron periodistas de todo el país y de Latinoamérica.
El martes 11 de febrero el procurador Amadeo Flores confirmó el asesinato de Gregorio y la detención de los posibles responsables, entre ellos Teresa de Jesús Hernández Cruz, con quien el periodista había tenido conflictos y de quien recibió amenazas por una nota que hablaba de El Palmar, el bar de la presunta responsable. Amadeo Flores también informó que no fue su labor periodística la causa de su asesinato. La duda continúa.
El caso de la corresponsal de Proceso, Regina Martínez, sigue sin resolverse. Las autoridades señalaron que se trató de un crimen pasional y también se deslindó su labor periodística como causa. A dos años de su muerte, no han dado con el paradero del culpable ni se ha explicado por qué fue asesinada.
No son asesinatos aislados. En todos han existido incongruencias en las investigaciones, nada está claro. Los informes oficiales insisten en que su labor profesional no influyó, cuando fuentes cercanas a ellos han declarado lo contrario.
Referencias:
http://www.articulo19.org/periodistas-asesinados/
https://coberturaespecialgregoriojimenez.wordpress.com/2014/03/18/veracruz-los-ataques-a-la-prensa-parte-210/
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