Hipersexualización, concursos de belleza y derechos de las niñas
- Amelia Arreguín Prado
- 17 feb 2015
- 3 Min. de lectura

La hipersexualización de las niñas es una forma de violencia de género, una violación a sus derechos humanos. Presentar a las niñas como objetos sexuales es una costumbre en este mundo. Los concursos de belleza infantiles, vestirlas con ropa de “adultas”, su incursión en el mundo de la moda, son diversos ejemplos de la presencia naturalizada de la hipersexualización.
Tales situaciones violan los derechos de la niñez: en específico el Derecho a la igualdad sustantiva y el Derecho de acceso a una vida libre de violencia y a la integridad.
Hipersexualización de las niñas
El problema no es que las niñas estén en traje de baño, ni siquiera si estuvieran desnudas, el problema está en el contexto, en las miradas construidas en un marco de significado de violencia de género, misoginia, cosificación sexual. Ese elemento está visible en la mirada de quienes aceptan estos concursos y en el concurso mismo: el objetivo es observar a detalle los cuerpos, premiar a la que cuenta con las características determinadas por los cánones estéticos hegemónicos.
La hipersexualización tiene como consecuencias directas los problemas físicos y mentales que las niñas participantes pueden desarrollar y como consecuencias indirectas los problemas físicos y mentales del resto de las niñas que son medidas y valoradas según los mismos parámetros, y el mantenimiento de un sistema cultural que valore a las mujeres por su apariencia física.
Hay muchísimos ejemplos de escenarios donde se hipersexualiza a las niñas: concursos de belleza, realities, campañas publicitarias. En tales espacios se les vulneran sus derechos y se legitiman imaginarios que conllevan a la violencia de género.
Miss Tanguita: Un concurso de “belleza” “infantil” realizado desde hace más de 20 años en Barbosa, Colombia.
Toddlers & Tiaras: Reality show donde cada episodio la cámara sigue a tres niñas de tres, siete y doce años aproximadamente mientras ensayan y se presentan a un concurso de belleza.
Princesitas: Reality de Discovery Home & Health donde las niñas compiten por su belleza.
Derechos de niñas: lucha feminista
Ante esta situación, tenemos una herramienta invaluable: el catálogo de derechos humanos de niñas que han sido particularizados gracias al esfuerzo de la lucha feminista. Se reconocen y problematizan las situaciones y condiciones de niñas: desde su género y su edad, junto a otras variables que recrudecen las violencias a las que pueden ser expuestas.
Dentro de los derechos de niñas, niños y adolescentes están presentes el Derecho a la igualdad sustantiva que exige la eliminación de costumbres, tradiciones, prejuicios, roles y estereotipos sexistas o de cualquier otra índole que estén basadas en la idea de inferioridad. Este derecho se ve vulnerado porque tales concursos de belleza promueven estereotipos y roles sexistas.
También, el derecho de acceso a una vida libre de violencia y a la integridad personal es violado porque se incurre en la explotación sexual infantil con o sin fines comerciales. Quienes organizan dichos concursos se beneficien económicamente de la exhibición de las niñas. Entendiendo la explotación sexual, desde los parámetros de UNICEF: “todo tipo de actividad en que una persona usa el cuerpo de un niño, niña o adolescente para sacar ventaja o provecho de carácter sexual, basándose en una relación de poder”.
Además estas acciones están tipificadas como violencia psicológica, sexual y comunitaria en múltiples marcos legales en el mundo al tomar como principios los tratados internacionales de CEDAW, Beijing 95 y Belem do Pará. Los concursos de belleza de niñas (y adultas) están a la par que la ablación genital: son violencia de género contra las mujeres porque les imposibilitan vivir una vida plena.
¿Con qué visión del mundo queremos que niñas y niños se desarrollen?
Álvaro Díaz, investigador social de la Universidad de Medizales Colombia, explica de una forma sencilla la manera amigable para el desarrollo de las infancia puede “Los niños y niñas que formamos hoy con estereotipos, actitudes y representaciones sociales irán expresando, reelaborado de diferentes maneras, lo aprendido. La implicación central con esos mensajes es que estamos formando humanidad y los niños y niñas lo asumen como el mundo, como lo real, como lo que debe ser”
No se trata de paternalismo ni creer que las niñas no pueden tomar decisiones, no es un tema de consentimiento sino de un desarrollo pleno libre de patriarcado y todos los elementos que conlleva: Se trata de que las niñas no crezcan pensando que su valor radica en su cuerpo ni que los niños valoren a las niñas en estos parámetros. Deseamos y trabajamos porque niñas y niños crezcan con autonomía y valorando a las y los demás por lo que son: personas.
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