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Mexicanas en el extranjero

  • contratiempomx
  • 20 ene 2015
  • 5 Min. de lectura

Adrianelly Hernández Vega

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Dice que extrañaba el guacamole y los tacos de suadero. Dice que cala el frío, no sólo el del ambiente, sino el de la gente. Dice que los 11 mil kilómetros lejos de casa son una pesada losa. Pero también dice que el futbol es toda su vida, aunque sea mujer.

Los futbolistas mexicanos en el extranjero son tema diario en los medios de comunicación nacionales. Que si Raúl Jiménez bostezó en la banca, que si Javier Hernández se sacó la foto del Mundial de Clubes sin jugar, que si Guillermo Ochoa por fin se pondrá los guantes… y mientras la tinta se gasta en personajes que venden camisetas y aseguran ganancias millonarias a pesar de su falta de actividad, hay mujeres mexicanas que están viviendo una experiencia similar, pero que por no tener el mismo impacto monetario, quedan fuera de la agenda setting del periodismo deportivo.

Las de ayer

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Antes de mencionar a quienes en estos momentos militan o están por hacerlo en algún club extranjero, habrá que revisar a las pioneras en este rubro, las primeras féminas aztecas que fueron más allá de las fronteras.

En la década de los setenta, Esther Mora no pudo jugar la Copa del Mundo que se efectuó en México por sus escasos 13 años. Pero la delantera no desesperó y pronto encontró un lugar en la liga italiana, con el club Alaska Lecce, en el que se mantuvo durante cinco años como la mejor extranjera, en cuatro de ellos fue la goleadora de la competencia y aprovechó para instruirse como entrenadora.

“Inicié en el futbol a los seis años, a los ocho entré a un equipo de niños, el Volga F.C. (…) a los 10 años anoté el primer gol de una mujer en el Estadio Azteca”. La zurda se retiró en 1994 tras jugar la eliminatoria mundialista en Canadá, rumbo al Mundial de Suecia 1995, pero fue el primer precedente del talento femenil mexicano en el plano internacional.

Años más tarde, Andrea Rodebaugh, quien ahora es consultora e instructora de FIFA, tuvo la oportunidad de jugar para el Shidax, de Japón, también lo hizo en Francia, además de su paso por Estados Unidos en su etapa escolar. Ella fue y es un ícono para el futbol mexicano, una mujer que con su experiencia internacional pudo llevar a la selección Sub-20 a la Copa del Mundo Chile 2008.

Con menos reflectores que las dos anteriores, pero no por ello menos importante, Fabiola Vargas, quien fue seleccionada nacional de 1994 a 2001, jugó en Canadá para el Omega Soccer, en 1997. La invitación llegó gracias a que el club canadiense vino a México para encarar algunos partidos amistosos; Vargas jugaba con el equipo Satélite y fue vista por el entrenador del Omega, el haitiano Gaspar d’Alexis. El viaje a Norteamérica fue cubierto por el tío de la futbolista, Raúl Curiel, y en tierras canadienses se hospedó con la familia de varias jugadoras y del mismo entrenador. Aquella temporada, el Omega fue subcampeón.

En 2006, Fátima Leyva llegó al Indiana FC, de Estados Unidos, con un sueldo de mil dólares al mes y de ahí saltó a Rusia para defender la camiseta del Zorkiy Krasnogorsk, cuadro con el que pudo participar en la Champions League femenil, una de las copas más codiciadas por las y los futbolistas. Se retiró con este equipo en el 2012.

España también ha recibido a varias mexicanas. La más conocida, Maribel Domínguez, quien en el 2005 fue fichada por el FC Barcelona, lo que significó un boom mediático para la delantera mexicana; aunque previo al club catalán, “Marigol” ya jugaba en Estados Unidos.

Patricia Pérez también vistió la camiseta culé, mientras Kenti Robles defiende la del Espanyol de Barcelona; a la lista se suma Marylin Díaz, quien estuvo seis meses con el Estartit, la guardameta, Pamela Tajonar, quien jugó para el Atlético Málaga, Levante y, ahora, el Sevilla.

Tajonar, en 2013, se integró a la plantilla del Western New York Flash, en la National Women’s Soccer League (NWSL). En dicho año, la NWSL dio cabida a varias mexicanas, aunque la que mejor adaptación tuvo fue Mónica Ocampo, con el Sky Blue FC, quien volvió en el 2014.

Las de hoy

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Tajonar y Robles todavía tienen actividad en el extranjero, mientras que aquellas que participaron en la NWSL en 2014, están esperando ser consideradas para volver o buscarán seguir en clubes mexicanos. Pero aparte de estos casos, hay dos más dignos de reconocerse: Desireé Monsiváis y 'Mely' Solís.

Monsiváis, originaria de Gómez Palacio, Durango, estuvo en el Lynx de Toronto, Canadá, a principios de 2014, luego de colgarse la medalla de plata en la Universiada Mundial de Kazán, Rusia, en 2013.

Este año comenzará una dura prueba, similar a la de Fátima Leyva que hace unos años llegó al futbol ruso, pues la duranguense aterrizará en el balompié de Kazajistán, con el WFC BIIK-Kazygurt. A pesar de enfrentarse a una cultura muy diferente a la mexicana e, incluso, a la estadounidense y canadiense, disfrutará la posibilidad de jugar la Champions, como lo hizo su compatriota, Leyva, años atrás.

La duranguense es arquitecta y se sigue preparando su carrera, por lo que no descarta que en esta nueva etapa pueda estudiar algo referente a su especialidad, aun cuando se enfrente a los complicados idiomas oficiales, el kazajo y el ruso.

Esta futbolista muestra que la constancia y superación rinden fruto, pues desde siempre ha sido una deportista: a los 11 años representó a México en el Campeonato Centroamericano y del Caribe, pero en Pentatlón, en donde se ubicó en el octavo lugar; sin embargo, el destino la llevó al futbol y a los 15 años empezó a escribir su historia en él.

Monsiváis jugó para Unión Mina, de Gómez Palacio; el Tecnológico de Monterrey, en los campus de la Laguna y de Monterrey; así como en la Universidad de las

Américas Puebla (UDLAP). Tras enfundarse en la casaca de 'Tec' fue seleccionada para estar en la Universiada Mundial, después de ganar la Universiada Nacional, en futbol rápido y asociación.

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Por su parte, Manuela “Mely” Solís, también de Durango, comparte la misma experiencia con Desireé, ya que ambas formaron parte de la Selección Mexicana que jugó en Kazán, aunque Solís jugaba para las Diablitas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), otro fuerte equipo con gran tradición.

"Sin duda alguna, Manuela ‘Mely’ Solís fue la revelación de la Universiada Mundial 2013, ya que jugando ella de lateral, realizó un trabajo excelente, y es que desde que tomó la titularidad mostró sus grandes cualidades defensivas y dejó sin oportunidad a las ofensivas de los equipos contrarios", dijo Monsiváis de su compañera, cuando regresó a casa.

A 'Mely' la oportunidad de salir de México llegó después. La duranguense realizó un excelso papel en el Torneo Apertura 2014 de la Liga Mayor Femenil (LMF) donde fue nombrada la jugadora del torneo y, por ende, elegida para realizar una prueba de un mes con el Club Deportivo Transportes Alcaine, de la Liga de España, el circuito profesional de aquel país.

En estos momentos, Solís todavía está a prueba con el equipo y Desireé tiene un pie fuera de México, de manera sorprendente, ninguna ha sido considerada por Leonardo Cuéllar para la Selección Mayor, por lo menos en los últimos meses.

¿Cuántas páginas, portadas, tuits, fotografías, felicitaciones… han sido dedicadas a este par de jugadoras que en este 2015 están rebasando fronteras? La información se limita a los medios de su estado, Durango, en donde se le ha dado cobertura, y a algunos portales de futbol femenil que han tenido el acierto de mencionar el nombre de estas futbolistas que no temen al desafío y que, seguramente, no sólo se quedarán con hacer el viaje, sino saltarán a la cancha para ser engrane fundamental en el desempeño de sus clubes. El problema es que ellas todavía no venden camisetas.

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@NellyAtlas

 
 
 

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