Ellas también hacen Futbol
- contratiempomx
- 20 dic 2014
- 6 Min. de lectura
Adrianelly Hernández Vega

Lleva el cabello amarrado, la mochila al hombro y los tenis un poco sucios. Los cuatro partidos semanales no dejan mucho tiempo para la limpieza del calzado. La joven, de unos 19 años, divide sus tiempos entre el estudio en la universidad y los partidos de futbol, uno de soccer, dos de rápido y uno más de futbol siete. Las modalidades del balompié cumpliendo con su objetivo: nadie se escapa de la magia y el encanto de saltar a una cancha para ser ídolo, aunque sea de fin de semana. Ella tampoco.
Ese fenómeno deportivo- pasional llamado futbol
El futbol es un fenómeno que embelese a las masas, que inició como actividad meramente recreativa, pero hoy es uno de los negocios más rentable del planeta, tan sólo en el 2012, la FIFA llevó a sus arcas 1166 millones de dólares. ¿Para quién fue creado el futbol? No sólo fue creado para hombres, sino por hombres. Las reglas, los aditamentos, las medidas de la cancha se eligieron de acuerdo con las capacidades y características de los varones, pero las mujeres, ese ser humano complejo que durante mucho tiempo ha sido relegado de un sinfín de actividades, también se enamoró del deporte de la patada.
El problema con el futbol femenil, a nivel mundial, es su rentabilidad. La práctica del balompié entre las mujeres se incrementó en la segunda mitad del siglo XX, incluso, podría decirse que fue hasta la década de 1980 cuando se pensó, por primera vez, en organizarlo de manera seria.
La popularidad que alcanzó en varios países europeos, además de Estados Unidos y China, llevó a la FIFA a organizar el primer Mundial para ellas: China 1991; aunque todavía sin la explosión mediática que, para entonces, ya tenían las Copas varoniles: tan sólo, la Copa del Mundo Italia 1990 contó con más de 2.5 millones de personas en los estadios, en el que podría ser considerado el Mundial más apático de la historia, por los pocos goles y los planteamientos defensivos. El futbol varonil se convirtió en un juego para no perder; la búsqueda incesante del triunfo quedó atrás.
El escritor uruguayo Eduardo Galeano señala en su libro El futbol a sol y sombra: “el futbol profesional condena lo que es inútil y es inútil lo que no es rentable”. Bajo esta premisa, el futbol de mujeres apenas está encendiendo las turbinas para despegar y ser “rentable”, pero únicamente en países como Estados Unidos (las mejores del mundo), Alemania, Francia, Japón o Inglaterra (donde la Federación apoya a los clubes, quienes, además, están sustentados por un equipo varonil como Chelsea, Liverpool o Arsenal y donde hace algunas semanas 45 mil personas asistieron a un amistoso entre Inglaterra y Alemania). En México, esto se ve muy lejano.
Mujeres futbolistas en México

El futbol femenil mexicano tomó fuerza en la década de 1970, con la creación de la Liga América. Como su nombre lo indica, estaba auspiciada por el Club América, que en aquellos años contaba con una numerosa porra femenina, de la que surgieron el América Azul y el América Crema.
La “revolución futbolera” había iniciado con jóvenes de entre 13 y 24 años, quienes, ataviadas con vestidos y zapatos de “señoritas”, no dudaban en salir a la calle para patear algunos balones y deslumbrar a todo aquel que las veía realizar movimientos y jugadas, consideradas exclusivas del sexo opuesto. El futbol femenil mexicano había nacido y empezaba a dar sus primeros pasos.
En 1971 el Estadio Azteca abrió sus puertas para el segundo Mundial Femenil extraoficial (el primero se realizó en Italia, en 1970, donde México concluyó en tercer lugar), pues, como se mencionó antes, el oficial fue hasta 1991. En casa, las aztecas cayeron 3-0 en la final contra Dinamarca, una potencia en aquellos años. La derrota fue dolorosa, pero se vislumbraba buen futuro para las féminas, sobre todo por el éxito económico y mediático del magno evento, que nada le envidió a la Copa del Mundo México 1970, la de los hombres.
Sin embargo, los prejuicios no se hicieron esperar y muchos no vieron con buenos ojos que un grupo de mujeres robara cámara con una actividad que “les quitaba lo femenino”. El periodista Ignacio Matus, un líder de opinión y periodista deportivo de renombre, no dudó en criticar el Mundial:
Indudablemente, de no haber sido por ellas, por su entusiasmo para practicar un deporte que no está hecho para las características físicas de la mujer, la gigantesca promoción realizada para convertir en brillante negocio el Campeonato Mundial Femenil, hubiese fracasado (…) Creo sinceramente que el futbol es un deporte hecho por y para los varones. Que la reciedumbre y el choque que caracterizan a esta actividad deportiva, no van con las características orgánicas y fisiológicas de la mujer.
El fenómeno se apagó y lo que parecía ser el inicio de un máquina arrolladora en el deporte mundial, pues México contaba con grandes jugadoras como Alicia Vargas (considerada la cuarta mejor futbolista del siglo XX, de acuerdo con CONCACAF), María Eugenia Rubio, Martha Coronado o Elvira Aracén, terminó con la decadencia de un equipo mundialista al que se le escaparon sus días jugando en ligas locales y hoy poco recordadas.
Pero mientras México “se dormía en sus laureles”, y el Mundial había quedado como mera anécdota capitalina, otros países apostaron por el futbol femenil y ocuparon los sitios de honor que en los 70 pertenecían a Dinamarca, México, Italia y Argentina. Actualmente, ninguno de estos equipos figura entre los mejores del mundo. ¿Por qué si fueron los pioneros en futbol femenil? Las respuestas, por lo menos en el caso mexicano, apuntan a una cultura machista, al poco interés en las mujeres que persiguen el balón, a que “no venden” como los equipos varoniles, a que el futbol femenil es aburrido y lento… aun cuando en Estados Unidos, por ejemplo, ser mujer futbolista es un escaparate al éxito.
Los obstáculos en tierra mexicana

Leonardo Cuéllar tomó el cargo de Director de Selecciones Nacionales en 1998. Consiguió la calificación al Mundial de Estados Unidos 1999 y medallas en Juegos Panamericanos (1999, 2003 y 2011). En el 2004, México calificó a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, por primera y única vez. Le siguió un duro bache sin triunfos importantes, pues no se consiguió la calificación a la Copa del Mundo China 2007; fue hasta el 2010 cuando regresaron las alegrías, pues México obtuvo su boleto a Alemania 2011 al derrotar 2-1 a Estados Unidos en el Pre-Mundial de Cancún; y hace algunas semanas consiguió el pase a Canadá 2015 al vencer a Trinidad y Tobago en tiempos extra.
¿Son muchos o pocos los logros de Cuéllar al mando del conjunto tricolor? Este año, México fue goleado por Estados Unidos (8-0 y 4-0) en par de amistosos celebrados en septiembre; perdió, por primera vez en su historia, frente a Costa Rica en la eliminatoria mundialista y cuando se esperaba que goleara a Haití en el último juego de los Centroamericanos, las mexicanas apenas ganaron por la mínima; sin embargo, no hay reclamos o críticas al hegemónico del banquillo femenil.
Armando Magaña, quien fue jugador del Necaxa y representó a México en algunos torneos internacionales, es uno de los hombres más experimentados del futbol femenil. Actualmente es presidente de la Liga Mayor Femenil, donde juegan varias seleccionadas y ex seleccionadas nacionales, como Stephany Mayor, Liliana Mercado, Brissa Rangel, Mónica Ocampo y Karla Nieto.
Magaña declaró que a nadie le interesa el futbol de mujeres: “todo parece indicar que a la sociedad mexicana, que tiene tan poca cultura, no le importa el futbol femenil, la familia mexicana no entiende por qué las niñas pueden practicar alguna actividad deportiva y mucho menos futbol, al parecer tampoco le interesa a la Femexfut, por eso prefieren no intervenir, (…) la Federación no va a hacer nada, porque no le interesa el futbol femenil, pues si éste no crece, no le hace sombra al futbol varonil”.
Ya sea por machismo, falta de interés o comodidad, el futbol femenil mexicano está estancado, poco o nada ha avanzado en 20 años y, mientras Costa Rica, Venezuela o Colombia, equipos que no figuraban en la elite mundial, están trabajando a marchas forzadas, México sigue instalado como uno de los grandes de CONCACAF, aunque con mínimas posibilidades de alcanzar a sus símiles, Estados Unidos y Canadá. Mientras a nadie le interese velar por el desarrollo y no sólo por intereses particulares, el futbol de mujeres seguirá como última prioridad de la Femexfut, tal y como declaró Hugo Enrique Kiesse, presidente de la Comisión de Selecciones Nacionales en 1999: “aquí se manejan prioridades, primero la mayor, la Sub-23, la Sub-20, la Sub-17 y al final la femenil, hay que ubicarse”.
El futbol femenil tiene muchas historias por contar...
@NellyAtlas
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