Alerta xochimilca: Testimonios de las corruptelas institucionales
- contratiempomx
- 17 dic 2014
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Rafael Oliver López López

Remeros: transmisores de una tradición
El embarcadero de Caltongo brinda una panorámica abultada por decenas de trajineras que aparcan una tras otra. Lupita y Lorena son las encargadas para la realización del recorrido. Lirios flotantes se hacen presentes cual alfombra que tapiza el verduzco Lago de Xochimilco, y el ruido de la ciudad se va apagando hasta quedar en una niebla de silencio absoluto. Las trajineras empiezan su recorrido y aquellos dos hombres postrados en el frente, acompañados por una garrocha de oyamel, reman enterrando hasta el fondo del suelo fangoso, aquella asta simbólica que los antiguos xochimilcas usaban para transportarse a lo largo de los canales del Lago de Xochimilco.
El crujir de las trajineras al golpear una con otra, el ruido del agua que borbotea cada vez que la garrocha penetra en su superficie, la alfombra de lirios que disminuye la velocidad desprendiendo un aroma a pescado y sal hacen dar cuenta de una realidad diferente a la que ha concebido un citadino.
El Lago de Xochimilco vive, no hay basura como se hubiese pensado, las chalupas pasan a los lados, y únicamente se muestra a una cantidad de gente que diariamente se transporta por estos canales para llegar a su zona de trabajo o, únicamente, a sus hogares. Todo esto demuestra que hay zonas de la ciudad de México que aún deben ser exploradas. Entonces, ¿qué es Xochimilco más allá que simplemente un patrimonio de la humanidad plagado de múltiples festejos, tradiciones y costumbres que datan desde hace mucho tiempo?
Xochimilco es un lugar en el que, a pesar de contar con un promedio de 186 km de canales transitables y con 18 barrios, quienes sacan adelante el trabajo son los trabajadores. Además, es un lugar donde impera la inequidad por parte de grupos mayoritarios, y en donde la ausencia de la delegación ha sido un factor determinante para evitar dar un mayor impulso a esta gran reserva ecológica. La visión proyectada de Xochimilco hacia el extranjero es quizás un señuelo, porque detrás de aquellas bellas panorámicas y riqueza de flora y fauna subsiste el agravio de la cultura chinampera, de los encargados de preservar especies como el ajolote, los vendedores de flores e incluso de los mismos remeros como el señor Jesús Aromares.
Jesús Aromares envuelto bajo un suéter de lana encuadrado color café y con una gorra para resistir el calor que impactaba directamente sobre su rostro comentaba que, a pesar de ser remero del embarcadero Caltongo, él está incorporado a un grupo de limpieza del lago que se dedica a hacer este servicio y donde el personal de la delegación únicamente pasa a checar que todo esté en orden, sin aportar ninguna ayuda, ya que: “No tenemos apoyo y muchas veces nos dicen que los únicos beneficiados somos nosotros, pero no se nos hace justo que hagamos esta limpieza sin recibir ningún sueldo”.

Asimismo, los remeros han tenido que ir adaptándose a la situación turística, ya que han tenido incluso que aprender la historia de Xochimilco, sus tradiciones, sus costumbres; esto era una necesidad debido al turismo que constantemente se suscita en la zona. Desafortunadamente, se pensaría que el propio gobierno del Distrito Federal ha apoyado a los remeros con dichos cursos; sin embargo, no ha sido así. En abril del año pasado, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, aseguró que se estaban “buscando apoyos” para la ejecución de un plan integral de protección de la zona patrimonial de Xochimilco-Tláhuac y Milpa Alta. Sin embargo, todo quedó en mostrar prontamente soluciones en breve y en presentar un proyecto con la secretaría de Desarrollo Rural. Pero, como bien se vio en las declaraciones del remero Jesús Aromares, este apoyo no ha llegado a la comunidad de Xochimilco.
En cambio, asociaciones extranjeras se han acercado a la población xochimilca para dotarlos de herramientas indispensables para su trabajo. Así lo comentó Jesús Aromares: “Una de las asociaciones que nos financiaron fue la Asociación de Armas que es inglesa. Ellos se fijaron en nosotros y a la fecha nos están dando estos cursos, que gracias a éstos nos pueden llamar remeros capacitados, porque venimos dando un viaje guiado”.
Los remeros únicamente ganan por paseo, la mayoría de ellos son trabajadores y existen propietarios que poseen desde dos hasta diez trajineras. El remero Jesús Aromares destacaba un reportaje llamado “Los nazis de Xochimilco” que salió hace años en el cual se hablaba de Pedro Zarco, persona que en aquél entonces llegó a tener 90 trajineras bajo su poder. Los propietarios solamente se encuentran en el embarcadero, mientras los trabajadores se encargan de estar bajo plena luz del día o bajo la lluvia trayendo y llevando al turismo de Caltongo.
Agricultores: en busca de la ganancia máxima

Si bien, los remeros deben velar porque su trabajo se realice en condiciones adecuadas y así evitar el que sus trajineras se alteren, los agricultores de las chinampas poseen problemas que no tienen que ver con la efectividad de sus técnicas de cultivo, sino con las asociaciones apadrinadas con la delegación, que les han impuesto obstáculos para llegar a formar parte de aquellos grupos de decisión en los cuales se decide a quien apoyar y a quien no; todo esto aunado a la presencia del revendedor, que funge como elemento importante en la fórmula compra-ganancia máxima.
Los agricultores orgánicos sufren en la cuestión de la obtención de ganancia, pues ésta es prácticamente nula. Así lo comentaba Anastasio Santana ––dueño de un sector de las chinampas del Lago de Xochimilco––: “Si yo llevo las cajitas de lechuga con 12 piezas salen en 60 pesitos, a 5 pesos por lechuga. Yo le vendo a los revendedores, y éstos le doblan ya a 10 pesos la lechuga y sin siquiera meter las manos. Nosotros tenemos que esperar casi tres meses para ganar cinco pesos; por eso es que la gente del campo está corriendo”.
Asimismo, la mayoría de los agricultores deben buscar otras fuentes de ingreso para subsistir, ya que lo que se obtiene por los productos es mínimo, mientras que por otro lado hay gente ya jubilada que posee una entrada de dinero mucho mayor. En el caso de Anastasio, él igual trabaja en la Isla de las Muñecas y ahí se sostiene por medio del turismo que llega y le paga, porque como él diría: “Pa´ sostenerse del campo yo lo veo dificilísimo”.
En mayo del 2014, el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, anunció una inversión de 23 millones de pesos para la realización de siete obras en la zona chinampera de Xochimilco. Además de que subrayó que el compromiso es que las siete obras anunciadas se concluyeran este mismo año, y declaró que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación federal, destinaría 10 millones de pesos para la zona chinampera de Xochimilco.
No obstante, Anastasio Santana explicaba que todo ese dinero queda en los grupos apadrinados por la delegación, los cuales fungen como obstáculos para que los propios agricultores no puedan obtener un pedazo de fondo que les permita cultivar arduamente productos en sus hortalizas. A causa de esta situación, los propios agricultores que no se ven beneficiados por estos programas de apoyo, tienen que formar sus propias organizaciones para poder tener voz y voto en las juntas locales.
Por tanto, el agricultor, a pesar de luchar arduamente contra estos grupos mayoritarios que lo obstaculizan y no le brindan apoyo, siempre trata de salir adelante por el hecho de amar su tierra y así poder llevar a casa un poco de la comida natural que él mismo produce, ya que como diría Anastasio Bustamante: “No me enoja que no me toque nada o que no me den un proyecto. Si estamos aquí en el campo es porque nos gusta. Para Xochimilco hay millones de pesos y nadie sabe dónde quedan. Nosotros no recibimos ningún apoyo de la delegación, ni un alfiler. Hay otra gente que sí vive del proyecto, a ellos sí los financian porque están bien apadrinados. Son hijos del primo del delegado…”.
Puede verse, entonces, que la problemática no sólo proviene de las autoridades quienes han evitado dar apoyo a los pobladores, sino que también ha sido de la gente que ha arribado en los últimos años a Xochimilco la cual ha evitado comprometerse con su barrio, a través del cual únicamente gozan de los servicios (electricidad, drenaje, telefonía, etcétera) implementados por el Plan Xochimilco.
Para lograr una desarrollo pleno e íntegro, Xochimilco requerirá de un trabajo mutuo entre sus pobladores y grupos políticos que lo conforman. Los años venideros se aproximan, quizás y la nueva gestión logre proyectar una nueva panorámica de esta comunidad que paulatinamente está quedando en el olvido metropolitano, ya que como diría el remero Jesús Aromares: “La gente que viene del extranjero aprecia mucho más a Xochimilco, ya hasta hay gente que se queda a vivir y como que quieren hacer algo por un pedazo de tierra que no es de ellos”.
Bibliografía:
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2014/05/21/anuncia-mancera-inversion-de-23-millones-de-pesos-en-zona-chinampera-de-xochimilco-543.html
http://www.maspormas.com/nacion-df/df/mancera-promete-apoyo-xochimilco
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