¿Por qué soy mexicano?

Oscar Gutiérrez

Soy mexicano, no por el hecho de haber nacido hace ya algunos lustros dentro del territorio nacional, soy mexicano, no porque toda mi familia o por lo menos la que conozco, hayan sido procreados, criados y enterrados dentro de la nación, soy mexicano, no por identificarme con una escudo, una bandera tricolor o un himno, soy mexicano, no por gritar los goles de una escuadra representativa de una disciplina deportiva o porque sea un fanático empedernido del tequila o de los mariachis.

Soy mexicano, por el simple y único hecho de que gracias a un "tintero" puedo escribir y expresarme de cualquier tema, soy mexicano, porque creo profundamente en la capacidad que tiene la nación, Estado, país o como ustedes gusten llamarlo el cual me vio nacer, para solucionar distintas situaciones poco favorables para la sociedad.

Soy mexicano, porque sin apoyar ningún tipo de ideología radical, también me encuentro inconforme por el actuar de las distintas autoridades que tenemos con respecto a nuestras exigencias sociales, soy mexicano, porque estoy esperando a que el presidente de mi país y su equipo de "expertos" me den respuestas claras y concisas sobre el caso de los 43 normalistas del hoy famosamente triste municipio de Ayotzinapa en el estado de Guerrero.

Soy mexicano, porque quiero que personas como el procurador general de la república, Jesús Murillo Karam, actúe de la mejor manera posible en ésta situación y deje a un lado los comentarios vicerales como: "ya me cansé".

Soy mexicano porque aunque la sociedad donde vivo no es la más unida del mundo y a pesar de que muchas personas pueden calificar a las protestas ciudadanas como un golpe mediático, creo en la solidaridad, unión y compañerismo que existe entre mis compañeros de territorio, quienes sin importar las situaciones siempre me regalan una sonrisa y en algunas ocasiones una frase de motivación.

Soy mexicano, no por elección sino por decisión y por esa decisión hoy puedo decir como lo hizo Homero Simpson, después de ser expulsado de Cuba junto con el Sr. Burns y antes de sobornar a un jurado norteamericano, ¡Qué bonito es mi país!, sin importar que las autoridades traten de cambiarlo.

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