El andar de los abandonados
- contratiempomx
- 18 nov 2014
- 7 Min. de lectura
Uriel Blanco Fierro
El aquí y el ahora
Sobrevivir. No hay mañana. Día y noche. Hora tras hora. El calor, la lluvia y el frío se vuelven los acompañantes naturales. Apropiarse de un lugar es vital. Conseguir unas monedas, un poco de comida y una botella de agua son los gajes del oficio. Aliarse con otras personas puede prolongar el tiempo de vida en este mundo. Las ofensas verbales y físicas forman parte de la cotidianidad. La palabra “felicidad” no existe.
En estas condiciones, ¿quién quiere conocer un mañana? Los indigentes seguramente ni siquiera se plantean esa pregunta. Ellos sólo viven en el aquí y en al ahora; luchan día a día con su presente para vislumbrar un futuro lleno de discriminación, suciedad y, en el mejor de los casos, esperanzas quebrantadas. La vorágine de la pobreza alcanza tanto a m
ujeres como hombres; tanto a niños como a niñas. La edad no es un factor.
El león no es como lo pintan
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), la indigencia es la falta de medios que tiene una persona para proveerse de alimento, ropa, un techo, medicina, etcétera. La condición de calle y pobreza, generalmente hablando, son dos de los más grandes factores que propician esta situación.
La Ciudad de México no está exenta de este problema. Según una infografía realizada por el periódico El Universal en el 2013, la capital de México cuenta con 4014 personas en situación de calle, de las cuales, 86% son hombres y 14% mujeres. La condición de género, por ende, se ladea hacia un solo lugar; no obstante, la indigencia se propaga sin respetar sexos.
La misma infografía revela que las cinco primeras delegaciones con más indigentes son la Cuauhtémoc (1324 personas), la Venustiano Carranza (896), Iztacalco (629), la Gustavo A. Madero (335) y la Álvaro Obregón (195). Los lugares donde los indigentes se ubican pueden variar: desde una estación del metro, hasta el parque más acogedor.
¿Qué tanto sirven los datos cuando el problema va más allá de los números? En primera, estas cifras permiten contextualizar; sin embargo, son diversas las personas en condición de pobreza que sufren de discriminación, drogadicción, discapacidad, etcétera. Por otro lado, mencionar que los índices de indigencia en México son mayores que en América Latina y en el Caribe es alarmante. El Distrito Federal no es como lo pintan, ni todo es color de rosa.
Londres
—Hola, señor. ¿Cuál es su nombre?
—Arroyo Pérez.
—¿Pero no tiene ningún nombre?
—Aristeo.
Aristeo es un indigente que vive en un parque cerca del metro Observatorio, en la colonia COVE de la delegación Álvaro Obregón. Su mirada perdida muestra el semblante de una persona golpeada, tanto física como psicológicamente. Su cabello, grisáceo como una tarde nublada. Su playera con la imagen de un Cordero sonriente que se postula para la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN) contrasta con su cara ennegrecida por la suciedad.
Aristeo es mejor conocido entre los vecinos de la colonia COVE como Londres. No se sabe por qué se autodenominó así. Las personas de dicha colonia ya consideran parte de la comunidad a Londres, pues suele barrer las calles por unas cuantas monedas y jamás ha ofendido a la gente que pasa por el lugar.
Tiempos pasados
—¿De dónde es usted, Aristeo?
—Morelos.
—¿Por qué decidió venir al Distrito Federal?
—Lo que pasa es que yo vine a buscar a mi mamá. Cada vez que la encontraba, mi padrastro se la llevaba. Pero yo seguía buscando.
—¿Y cuántos años tenía en ese entonces?
—14 años. Trabajaba como diablero en la Merced.
—¿Luego qué pasó? ¿Encontró a su mamá?
—No, ya no pasó nada. Aquí estoy.
Los indigentes llegan a la Ciudad de México por causas de distinta índole: abandono, muerte de familiares, búsqueda de parientes (como en el caso de Aristeo), maltrato. Estas personas, unas esperando encontrar una mejor vida y otras aguardando nada, viven en situación de calle y pobreza.
Difícilmente, las personas como Aristeo saldrán de la indigencia, pues son pocos los lugares que atienden a esas personas. Por ejemplo, en 2002 se abrió el albergue temporal Batallones San Patricio, el cual brindaba comida y un techo a las personas en situación de calle.
Dicho refugio únicamente daba servicio en el invierno, pues el frío muchas veces se convierte en el enemigo número uno de los indigentes. Pero, ¿qué pasa con ellos en las otras épocas del año?, ¿acaso no necesitan de protección? Aunado a ello, existen personas que ni con el frío van a los albergues. ¿Cómo ayudar cuando la otra persona no quiere recibir ayuda?

Las marcas de la vida
—Aristeo, ¿nos podrías decir cuantos años tienes?
—66, en el 66.
—¿Naciste en el 66? O sea que tienes 48 años, ¿no?
—Sí.
Según la infografía realizada por El Universal, de 4014 personas indigentes en el Distrito Federal, el 32% oscila de los 18 a los 30 años; el 23%, de los 31 a los 40 años; 17%, de los 41 a los 50 años; el 12%, de los 51 a los 60 años; el 6%, de los 61 a los 70 años; el 4%, de los 0 a los 17 años; el 3%, de 71 a 80 años; el 2%, de 81 a 90 años; y sólo el 1% rebasa los 90 años de edad.
Aristeo forma parte de ese 17%. Sin embargo, algunos accidentes han hecho estragos sobre Londres, por lo que aparenta mayor edad. Uno de estos acontecimientos pasó hace diez años, cuando Aristeo recibió un disparo con un rifle de diábolos en la espalda. Hasta el día de hoy, según vecinos de la colonia, el diábolo sigue incrustado, lo cual propició que la zona se inflamara. “Normalmente, Londres se quita la playera en días de mucho calor o cuando barre las calles. Los vecinos sabemos que es él cuando vemos la bola que tiene en la espalda. Sí, ésa que se le hizo cuando le dispararon”, comenta Cristina Patiño, señora que habita en la colonia COVE.
—¿Sabes? Hace un año o año y medio atropellaron a Londres. ¿Viste cómo caminaba ahorita? Pues fue por eso.
—¿Nadie lo atendió?
—Una señora que vive por aquí lo llevó al doctor y estuvo en terapias. Sin embargo, no quedó bien, pero se salvó de morir.
El indigente no tiene el camino resuelto ni siquiera un poco. La vida siempre lo recibe con eventos desafortunados, que después se convierten en marcas que jamás se van. ¿Cuántas batallas y cuántos golpes podrá soportar Aristeo? Al parecer, si él sigue con el mismo ritmo de vida, sus días están contados con los dedos de los vecinos de la colonia COVE.
Del nomadismo al sedentarismo
—Aristeo, ¿cuándo llegaste al Distrito Federal?
—Años 80. En el 82, estaba en Aeropuerto.
—¿Y qué pasó después? ¿Por qué no te quedaste ahí?
—Los reyes la paz. Cuemanco. Zaragoza.
—¿Ésos son los lugares donde has estado?
—Sí.
Aristeo ha estado en diversos lugares del Distrito Federal, incluso en el Estado de México. Además, él comenta que en Zaragoza hacía deporte y también lo veía; sin embargo, otras personas hicieron que se fuera de ahí, pues lo discriminaban por su apariencia.
Según El Universal, de 4014 personas, 37% de indigentes en la Ciudad de México sufre discriminación de los siguientes tipos: por su apariencia física, por discapacidad, por orientación sexual, por posición socioeconómica, por género, por estado de salud y por origen étnico. Todos estos tipos de discriminación colaboraron en el cambio de lugar de Londres. Cual nómada, él se estableció en distintos puntos de la ciudad.
—Oye, Aristeo, ¿por qué decidiste quedarte aquí en Observatorio?
—Estoy seguro.
El factor determinante para que Aristeo pasara de ser nómada a ser sedentario es el sentirse seguro. Ese sentimiento de seguridad se lo brindan sus compañeros que viven (o sobreviven) junto con él (aproximadamente 5 personas más), fogatas que hacen por las noches y su oficio de barrendero de calles. Con las monedas que consigue, puede comprar alcohol y comida. Londres pertenece a los 1599 indigentes que consumen alcohol en la Ciudad de México. A esto se reduce el concepto de seguridad. ¿Quién puede debatir su veracidad?
“Es lo que hay”
—¿No te dan ganas de cambiar tu modo de vida?
—No, aquí estoy seguro.
—¿O estar en un albergue, bañarte más seguido, comida todos los días, dejar el alcohol?
—-No.
Los indigentes se encuentran frente a una situación en donde tratar de cambiar su zona de confort no es una opción. El miedo a lo desconocido siempre ha aquejado al ser humano, no importando la posición socioeconómica. Para Aristeo sería un cambio abrupto salirse de sus parámetros actuales, pues ya ha creado todo un rito cotidiano de vida, el cual le sirve para superar el ajetreo del día a día.
La indigencia es un problema grave, el cual crece a pasos agigantados. El año pasado eran 4014 vagabundos contados en el Distrito Federal. No obstante, ¿qué hay de todos aquéllos que no fueron vistos? Más importante aún, ¿qué se va a hacer con toda esa gente? Ellos son seres humanos y no una simple plaga que pueda ser controlada con insecticida.
—¿Por qué no quieres cambiar tu modo de vida?
—Esto es lo que hay.
Fuentes de consulta
Lagunas, Icela. (20 de noviembre de 2002). Afecta el frío a indigentes en el DF. El Universal. Recuperado de http://www.eluniversal.com.mx/notas/103422.html
Roa Mendieta, Adrián y Rodríguez, Mónica. (26 de abril de 2013). Indigentes en el DF, ¿Cuántos son y dónde están? El Universal. Recuperado de http://www.eluniversaldf.mx/home/indigentes-en-el-df-cuantos-son-y-donde-estan.html
Rodríguez, David y Larios, Manuel. (9 de agosto de 2013). Indigentes y vagabundos, la otra cara de la ciudad. Más por más. Recuperado de http://www.maspormas.com/nacion-df/df/indigentes-y-vagabundos-la-otra-cara-de-la-ciudad
González, Susana. (21 de enero de 2013). En México, pobreza e indigencia mayores que el promedio en AL. La Jornada. Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2013/01/21/economia/029n1eco
Real Academia Española. (s/f). Búsqueda de la palabra “indigencia”. Recuperado de http://buscon.rae.es/drae/srv/search?val=indigencia
Vía DF. (s/f). COVE en Álvaro Obregón. Recuperado de http://www.viadf.com.mx/directorio/Distrito-Federal/Alvaro-Obregon/Cove
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